El domingo fue una día magnífico, incluso casi hasta el por el tiempo que nos respetó hasta después de comer. Visitamos todos los puntos que teníamos en mente, aunque en algunos de ellos no pudimos estar todo el tiempo que nos hubiera gustado especialmente cuando, como he dicho la lluvia hizo acto de presencia.

Ahora, haciendo un ejercicio de memoria en frío y no en peno fragor de la visita, me doy cuenta, nos damos cuenta Luis y yo, que se quedaron muchas cosas importantes en el tintero y sin embargo ocuparon su lugar otras que no lo son tanto y no nos referimos a detalles o anécdotas del asedio en sí, sino a conceptos un poco más amplios, como por ejemplo el nivel de implicación de muchos de sus actores, o mejor dicho el motivo por el que muchos estuvieron o bien fuera o dentro del Alcázar,siendo por lo tanto sitiador o sitiado.